Antígona

Editorial Nº 35. Diciembre / 2020

Enfrente de Tebas yace el cadáver de Polinices. Los Siete Héroes no han podido conquistar la ciudad de las siete murallas. Creonte, rey tebano, prohíbe darle sepultura: ¡Pasto para los buitres!… Sófocles, el dramaturgo griego, abre así su famosa tragedia.

Ante el decreto que viola el elemental derecho a enterrar a su hermano, Antígona invoca normas superiores e inmutables. Su voz contra la tiranía estremece la llanura tebana: Esas leyes divinas no están vigentes solo desde hoy ni desde ayer, sino permanentemente y en toda ocasión, y no hay quien sepa en qué fecha aparecieron. Es una definición de la ley natural, una defensa de los derechos que tiene el hombre por su origen trascendente y su condición humana.

Hay principios anteriores a toda ley y que toda ley debe respetar. Benedicto XVI advirtió que son innegociables: el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas (Sacramentum Caritatis, 83).

Por desgracia los parlamentos contemporáneos son una almoneda. Aborto, eutanasia, desfiguración del matrimonio, ideología de género, relativismo, y un triste etcétera. De los saldos no se libran ni nuestros hijos. En España, la proyectada Ley de Educación promueve un estatismo descarado y un laicismo agresivo.

La nueva dogmática choca con la realidad. La buena educación es solo la pública, aunque innumerables padres quieran otra distinta. El dinero público para la educación pública, como si esos padres no pagaran impuestos. La concertada es para la élite —“minoría selecta o rectora”, diccionario RAE—, y son más de dos millones de alumnos.

El propósito es asfixiar a la escuela cristiana. Molesta un modelo que responde al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas. Bajo la máscara de la neutralidad —“educación neutra” es un engañoso oxímoron— se esconde una ideología para la que familia, religión o verdad son palabras intolerantes e intolerables.

El neomandamiento de la educación mixta completa el arsenal contra la libertad de enseñanza, poniendo en el punto de mira los conciertos a la educación diferenciada. El proyecto es un torpedo dirigido a la línea de flotación del barco que campea en el escudo de nuestro colegio. El oficialismo no acepta las velas henchidas ni el rumbo libre.

Los lamentos de Antígona siguen resonando… Ayes conmovedores ante su hermano insepulto… Denuncia valiente que ahora debemos repetir. Porque hoy no es que nos prohíban enterrar a nadie, es que quieren enterrarnos vivos

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